Nunca llovió que no parara...

Hoy, por fin, después de tanta agua que hasta los peces la dejaban de sobra,un día de calma para variar.

Subí hasta Hospitales a dar un paseo con los canes que ya tenían ganas después de tantos días de perrera.

Anduve unas tres horas, di con una perdiz en donde se que había dos, a si que por si acaso les hubiera dado por criar, no las moleste mucho aunque es mas probable que la otra   haya acabado en la barriga de algún bicho.

También se dejó ver algún corzo, que a eso de las 11 de la mañana andaba aprovechando los mínimos rayos de sol que se podían colar entre las nubes aunque un par de ellos decidieron quitar el frío con una buena carrera cuesta arriba.